ara sorpresa de nadie (¡y vaya que se especuló al respecto!), “Ego” confirma la sospecha de muchxs colegas, periodistxs y allegadxs: Morsa Light es un proyecto imposible de catalogar.

Deconstruido sonoramente, la banda de Agustín Parodi puede arremeter con una balada synthpop donde samplea un mar picado (“Soy yo”) y luego pasar sin solución de continuidad a una canción corta, prácticamente acústica y desnuda, aunque igual de sentida (“Luna”). Ambas, “Soy yo” (uno de los cortes promocionales) y la preciosa “Luna”, son las dos caras de una misma moneda.

Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos del álbum Ego? ¿Es pop? Sí. ¿Electrónica? También. ¿Indie rock? Tal vez.

En lo inmediato, podríamos arriesgar que es todo eso y más. Inclusive, hasta bordea pasajes oníricos, casi que lyncheanos, gracias a una instrumentación aterciopelada que muta de acuerdo a las circunstancias y que se diferencia notablemente de sus producciones anteriores: el homónimo (2015) y Playa Franka (2018).

Parafraseando a Cortázar, lo nuevo de Morsa Light sería algo así como un sueño dentro de otro sueño. Por lo pronto, elija su propia aventura musical, pero lo más probable es que termine bailando (“Vamos a encajar”) o lagrimeando (“Otra vez”). La advertencia está hecha, escuche bajo su propio riesgo.

Cálido pero fresco, Morsa Light genera energías desde el centro de la constelación humana. Con una instrumentación amplia y variada, y un formato que reinventa concierto a concierto, una morsa da a luz en un mundo de pop rock con trastornos bipolares.

Durante el 2020 estuvo presentando una serie de nuevos temas y tambien una sesion en vivo con algunos tracks de su ultimo disco. Durante 2021 se encuentra presentando su nuevo disco de estudio “EGO”.