Joaquín Miguelez (actor) y Augusto Núñez (antropólogo) son dos amigos de la zona sur del Gran Buenos Aires que se conocieron en la escuela. Ambos tenían bandas diferentes pero luego de clases algo los juntaba: El graffiti. Un día se dieron cuenta de que debían hacer algo en común y fue la música la que los unió.

Dueños de una impronta atractiva, divertida y refrescante, este dúo pretende dar que hablar a través de su música y la experiencia deslumbrante que son sus shows. Tienen una mirada muy original en su estética, tanto por lo auditivo como por lo visual (donde son muy detallistas).

Son atrevidos y se animan a explorarlo todo, como su lado “ciber punk apocalíptico”, un dream pop tan moderno como melancólico, letras concisas y artificiosas; algún cuestionamiento filosófico actual estalla en los oídos junto a las programaciones que las engloban para seducir.

Se identifican con Kanye West “creemos que es el artista del siglo” expresa el dúo. También siguen muy de cerca todo lo que tenga que ver con tecnologías de vanguardia de todo tipo. “Nos gusta informarnos de los nuevos inventos que surgen en la humanidad día a día y no podemos olvidarnos de artistas visuales como Tom Sachs, Leo DaVinci, Rick Owens, etc.” explican.

Hay otras que hablan del concepto que crearon: “ETERNO.TEC” . Estas canciones están hechas buscando generar diferentes imágenes en la imaginación de cada oyente, son como disparadores de ideas que cada quien puede interpretar como sea.

Las últimas canciones en las cuales están trabajando son más explícitas y directas. La invitación está hecha: Subirse a esta nave espacial popera con sintetizadores, una experiencia para electrizar los sentidos.