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CAPTO IMPRESIONES, ATLAS FOTOGRÁFICO - VIRUS 1980/1987

Publicado el dia 12/01/2023 a las 21h06min | Atualizado dia 13/01/2023 às 11h16min
Es el libro de fotografías de Silvia Bordoni lanzado por Zorn Records. La obra de 114 páginas y 157 fotos, -muchas de ellas inéditas-, recorre la historia de Virus desde adentro a partir de 1980 y hasta 1987.

Esta primera edición limitada de 300 ejemplares cuenta con un prólogo a cargo de Alejandro Bordaisco, productor periodístico y baterista de La Maja Roll Band y otro de Pablo Tapia, voz de la banda Aguirre.

 

CAPTO IMPRESIONES exhibe en el capítulo 1 tomas fotográficas realizadas en 1987 en Río de Janeiro durante la grabación de Superficies de Placer.

 

En el capítulo 2 aparecen las de la presentación de Agujero Interior en 1983, el número 3 tiene tomas casuales en camarines varios, el número 4 las del show en el teatro Astros para la presentación de Relax, mientras que el 5 contiene diferentes fotos de Federico Moura en 1983, 1985 y 1987.

 

El sexto las del show de Locura en el Teatro Opera en 1985 y el capítulo 7 las de Obras Sanitarias en 1987.

 

Sobre el plan de la publicación, Silvia Bordoni comenta: "El atlas es una organización particular, -en este caso de imágenes-, donde cada espectador o lector arma su propio relato a partir de las fotografías que son las que van escribiendo la historia. Le lectura del atlas es abierta, puede modificarse todo el tiempo, cada imagen nos lleva a otras nuevas de naturaleza diferente que son las que nos permiten bucear y experimentar la obra. Está basado en el concepto del Atlas de Richter, sobre el que hice una maestría en curadería. Me pareció muy interesante y a partir de allí sentí que por ese lado el proyecto estaba resuelto".

 

 

 

Prólogo I

 

Es el año 1980. Julio y Marcelo Moura viajan a Brasil con un cassette de canciones para mostrarle a Federico, su hermano, quien ya vivía en Río de Janeiro desde hacía un tiempo. Las canciones eran de Duro, banda que formaban además de los mencionados hermanos Moura, el bajista Enrique Mugetti y Ricardo y Mario Serra, en guitarra rítmica y batería respectivamente, y en la voz estaban liderados en ese momento por Laura Gallegos.

 

Años antes Federico Moura y Mario Serra, habían integrado la banda platense Las Violetas y proyectado la idea de hacer música en España, donde el rock cantado en castellano estaba tomando impulso. Por las idas y vueltas del destino, Federico se encantó con Brasil y no pudo volver, al menos hasta la llegada de sus hermanos. “Esto es un chiclet, lo pisas y te quedás pegado” le contaría meses antes a Mario en una carta que le envió de puño y letra. Finalmente la idea de viajar a España no se concretaría y gracias a eso, Duro pasaría a ser Virus para siempre.

 

Desde los inicios Virus generó diversas reacciones, en general opuestas, entre un público que se asomaba musical, sexual y emocionalmente al disfrute después de años muy oscuros. Era entendible no saber cómo hacerlo. Todo era novedad y Virus supo explotar ese renacimiento y adelantarse a esos tiempos generando amores y odios.

 

Es 1983. Agujero Interior la rockea y nos rockea. Con camperas de cuero, baile y una actitud desafiante, Virus propone sacarnos la ropa interior y la rompen. Llega la popularidad, sin prisa pero sin pausa.

 

Dos años después y con un ascenso paulatino, Locura trae la masividad. Sí ya Agujero Interior logró captar la atención de los indecisos y supo poner las cosas en su lugar, después de algunos años de reacomodo emocional, con Locura sonando fuerte llegan a Obras, aparecen los estadios, las extensas giras por Argentina y Latinoamérica y un disco en vivo. Todo eso en dos años. Perfecto, hermoso, veloz, luminoso.

 

Durante esos vertiginosos y florecidos años de Virus, desde aquella carta de Federico a Mario, hasta muchos años después, la mirada infinita y paralela de Silvia Bordoni fue registrando en imágenes, sin obligación ni necesidad; las distintas impresiones que sucedían en esa cotidianeidad de giras, camarines, shows y escenarios.

 

Silvia elige ser espectadora y el medio al mismo tiempo, toma la distancia adecuada para poder registrar la intimidad, los gestos y lo no visto como si realmente nadie mirase. Inmortaliza esos momentos. ¿Supondría ella la fuerza de su registro durante esos años?

 

Silvia Bordoni, atesoró durante mucho tiempo con cariño y me animaría a decir, una tremenda timidez, lo que hoy es un archivo invaluable finalmente compartido. CAPTO IMPRESIONES es un registro sensible, sutil, fresco y absolutamente personal que nos invita a revivir, conocer y disfrutar la distancia correcta de los años más exitosos de Virus. (Alejandro Bordaisco).

 

 

Prólogo II

 

El tiempo y el espacio en el lugar indicado, capturar el momento en el tiempo exacto y el lugar preciso es un arte singular.Es la maestría de Bordoni, protagonista y testigo de décadas que hacen a la historia del siglo XX y XXI, durante los álgidos años de cambios que marcaron a fuego a la juventud a través de eventos que permanecen en la memoria de esas generaciones.

 

El aquí y el ahora de plasmar el instante en un formato que se hace eterno..., la capacidad de estar en el momento justo y en el lugar indicado y capturar ese momento, hace que sea eterno. Y más aún si se hace con la profesionalidad y el talento de la autora.

 

La Plata, ciudad universitaria, Bellas Artes, pancartas políticas, siloísmo, gurúes, cierran cine, tiroteos a la luz del día, persecución, rock, música progresiva, sueños de revolución, vieron día tras día a Silvia con su cámara colgada.

 

El rock fue la flor que germinó en medio de tumultos, de locura, rebelión y muertes. Y ahí estaba Bordoni, sellando esos momentos que luego se multiplicarían en bandas, en masividad, en el rock nacional que llevará sus notas a América, España y al mundo de la mano de imágenes que perpetuaron esos años.

 

No todo fue color de rosa, el trabajo de los fotógrafos fue y sigue siendo una profesión de riesgo, dado el compromiso de cada imagen que se guarda, y con ello sentimientos, amigos que ya no están y la carga emotiva que implica.

 

El click de la cámara, el revelado, las nuevas tecnologías no saben de la eternidad que se genera a partir de apretar un botón.

 

Ví trabajar a Silvia en muchas oportunidades y fui testigo de su meticulosidad en la búsqueda de otros ángulos, otras tomas, otra luz y otra más, lo cual habla de una profesionalidad excelsa a la hora de hacer su trabajo y eso se traduce en este libro que el rock nos debía… (Pablo Tapia).

 

Datos de la autora:

 

Silvia Bordoni es una fotógrafa nacida en La Plata. Estudió Diseño Gráfico en la Facultad de Bellas Artes entre 1973 y 1975. En plena dictadura conoció a Mario Serra, casi escondiéndose de aquella espantosa pandemia. Una tarde de invierno se encontraron en City Bell con Federico Moura. Eran vecinos y con Mario surgió inmediatamente un vínculo a través de la música. Así sucedió Virus, hermanos, amigos, familia. A partir de ese momento acompañó a Mario en toda su carrera. Silvia y su cámara de fotos. Tuvieron dos hijas.

Estudió fotografía en la Escuela Panamericana de Arte entre 1983 y 1986. Desde 1992 trabaja como fotógrafa colaborando con distintos medios gráficos como Editorial Perfil y Grupo de revistas de La Nación. Participó de muestras colectivas e individuales.

En 2015, ingresó a la carrera de Artes Audiovisuales en la Facultad de Bellas Artes donde realizó talleres de fotolibro y curaduría en fotografía. Con el tiempo surgió este proyecto de recuperar negativos que Silvia revelaba y copiaba, como una manera de documentar una época muy especial desde su propia mirada.

 

Fonte: notas del mar